Thursday, December 4, 2014

Tsunami

Otra vez el tsunami. Otra vez la pared gigante de agua, imponente, destructora, amenazante a poca distancia...
Pero esta vez es distinto, no estás sobre la ola, ni siquiera dentro del agua, esta vez llegaste a la playa y de casualidad la viste acercarse...
Esta vez pudiste hacer todo lo q tenías q hacer. Agarraste a tu perro y te metiste en la estructura más cercana.

Hay algo distinto, varias cosas en realidad...
*Para empezar la ola no rompe, sino q ves el primer arrastre de agua... Ese q no supera la altura de tus pies y avisa q viene el desastre.
*No tenés miedo. No te paraliza ni te ataca el pánico estupidizante, sino q entrás, cerras todas las ventanas y esperás a q el agua salada lo tape todo.
*Y la ola nunca rompe. Queda todo bajo el agua, si, pero no rompe, no destruye.

El agua llega, lo tapa todo, y se va... Y vos salís a hacer el recuento de daños.
Las tomateras murieron. Y si, lógico, las plantas no están hechas para el agua salada. Una pena la verdad. Aunque una segunda mirada te deja medio perpleja, y de golpe entendés todo. Las únicas q murieron fueron las últimas en ser plantadas, esas q en realidad todavía no pusiste, pero las anteriores, las q están hace rato ya bien arraigadas y con bases fuertes, esas dos siguen en pie, y una de ellas llena, minada de tomatitos diminutos, bien rojos.

Entendiste todo. Seguí así q vas por buen camino, y dejá la ansiedad de lado, q el tsunami sólo se lleva lo q no sirve.


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